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Musica para bebes:

Los discos se ofrecen como una alternativa de estimulación temprana que favorece el aprendizaje y el desarrollo. Publicidad, terapia o simples teorías.




Aun desde antes del nacimiento de sus hijos, los padres se ven bombardeados con tantos productos para el bienestar de sus pequeños, que en muchos casos no saben con certeza si son realmente útiles. Entre estos se encuentran los discos del Efecto Mozart.



Los comerciales promocionan esta colección como una de las mejores para la estimulación temprana. Sin embargo, existen corrientes que aseguran que no se han comprobado los resultados.



Según su teoría, al escuchar la música de Mozart, “el niño estimula sus habilidades sociales, su funcionamiento cerebral y, por ende, las habilidades académicas”, explica Ángela Rueda de Halliday, quien realizó estudios de musicoterapia, de pedagogía musical y se especializó en el área de estimulación musical del método verbotonal.



El fundamento



Aura Sofía Rico, pediatra especialista en desarrollo infantil, aclara que la base científica en la que se apoya el efecto Mozart “es una teoría que tiene más de 50 años, elaborada por el otorrinolaringólogo francés Alfred Tomatis, quien demostró que desde que el feto tiene cuatro meses es capaz de oír la voz de la madre y que el sonido juega un papel muy importante en la percepción y la conciencia del niño”.



Aun así, es necesario diferenciar bien entre el efecto Mozart y el método Tomatis, pues este último “utiliza la música de Mozart con un aparato especial llamado oído electrónico, que obliga al oído humano a acomodarse permanentemente, como en una especie de aeróbicos, y además estimula a nivel óseo a través de una diadema”, explica Helga López, sicóloga y directora del Centro Tomatis Colombia.



También agrega que este método podría ser considerado el padre del Efecto Mozart, “porque su principio fundamental es que las frecuencias altas de la música estimulan el funcionamiento cerebral y propician el aprendizaje”.



Rueda agrega que una de las primeras personas en difundir el término Efecto Mozart fue el músico, pedagogo, escritor y profesor Don Campbell, durante los años 80 y 90, pues hizo investigaciones sobre la formación y desarrollo del cerebro del bebé desde su concepción, y planteó la importancia del sonido.



Actualmente existen en el mundo varios centros que aplican el Método Tomatis, que a diferencia del Efecto Mozart es terapéutico, ya que “mejora las habilidades de escucha y habla, la salud emocional y la agilidad mental”, sostiene Rueda.



“El hecho de que sea terapéutico significa que se le aplica a niños con dificultades de comportamiento, aprendizaje, atención, oído y motoras, y de acuerdo con las necesidades de cada uno, se escogen cuidadosamente unos sonidos para que el niño los oiga individualmente. Mientras que todos los discos de Efecto Mozart son los mismos para cualquier niño y no curan a los que tengan dificultades de aprendizaje”, asegura la doctora Rico.



Los efectos



Según Campbell, el principal difusor del Efecto Mozart, el ritmo y la melodía, son los que estimulan el desarrollo del bebé desde antes de nacer. Adicionalmente, afirma que la voz de la mamá y los latidos de su corazón lo tranquilizan y la altura de los sonidos despiertan sus oídos y lo estimulan para desarrollar el lenguaje, los cantos, juegos rítmicos y lo enseñarán a mover su cuerpo con agilidad”, explica la experta en estimulación musical.



Manuel Drezner, crítico musical de El Espectador y presidente de Yoyo Music, asegura que el Efecto Mozart se originó cuando investigadores de la Universidad de Texas encontraron que a los niños a los que se les ponía a escuchar la música de Mozart tenían mayor capacidad de memoria, mejor retención y un incremento en el I.Q. (coeficiente intelectual).



Drezner añade que se impuso una ley en un par de estados de ese país, “que obliga a regalar a cada niño nacido un disco de Mozart, pues aquellos que la escuchan, por no menos de una hora diaria, desarrollan capacidades intelectuales”.



Por qué Mozart



Según Manolo Bellon, disc jockey y locutor, “Mozart fue un compositor que hacía sus creaciones con algo de ingenuidad e inocencia, y se dice que esos aspectos son los que permiten que haya identificación entre su música y los niños. Es como si les estuvieran hablando en su mismo idioma”.



En ese sentido, la directora del Centro Tomatis aclara que la de Mozart es una música liviana, limpia, ingenua y joven. Sin embargo, no quiere decir que cuando el bebé está en el vientre pueda oírla, pues solo puede escuchar la voz de la madre, mas no sonido ambiente ni música externa.



Opiniones



Helga López, sicóloga y directora del Centro Tomatis Colombia, afirma que no hay estudios contundentes que demuestren que la música de Mozart tiene un valor terapéutico por sí misma.



A propósito, Juan Carlos Garay, crítico musical, melómano y profesor universitario, cuenta que a comienzos del año 2000, “el neurólogo Eckart Altenmueller, director del Instituto Alemán de Medicina Musical, concluyó en unos estudios que la música de Mozart no es ni más ni menos estimulante para la inteligencia que la de cualquier otro compositor”.



Por otro lado, el musicólogo Tomás Marco escribió en el periódico ‘ABC’, de España el 1° de diciembre de 2001: “Mozart u otra música están ahí para una mayor comprensión no-verbal del hombre y del mundo a través de una sensibilidad sonora que es eminentemente abstracta... Ese es el verdadero Efecto Mozart, o Bach, o Beethoven, o Stravinsky o Schonberg, o un largo etcétera: efecto música”.



Música que mejora la concentración, la memoria y la habilidad para expresarse



La especialista en estimulación musical Ángela Rueda de Halliday y la doctora Rico enumeran las bondades que trae la música de Mozart:



•Logra que el niño forje hábitos de estudio, comprenda lo que lee, memorice con más facilidad y entienda conceptos matemáticos.

•Ayuda a niños discapacitados o con problemas de aprendizaje a mejorar su vida y a tener más confianza en sí mismos.

•Si los niños reciben estimulación musical desde antes de nacer y durante su desarrollo, mejorarán sus procesos de atención, su habilidad para escuchar y su lenguaje.

•Se ha demostrado que los bebés prematuros que escuchan música clásica aumentan de peso y tienen más posibilidades de sobrevivir.

•El efecto Mozart favorece el desarrollo motriz y con esto se logrará mayor seguridad y agilidad en el momento de gatear, caminar, correr y saltar.

•La música de Mozart tiene un efecto energético diferente a la de otros compositores. Dice Tomatis que esta música continúa siendo utilizada para mejorar insuficiencias auditivas y vocales. Esto se ha comprobado en países como Estados Unidos, Francia y Alemania.

•“En prematuros y niños con síndrome de abstinencia, porque sus madres son drogadictas o alcohólicas, se hicieron estudios desde la salacuna con la música de Mozart y se vio que se calmaban, dejaban de estar irritables y crecían mejor. Entonces, ya se hizo un protocolo con estos niños de alto riesgo, en el que poniéndoles esta música tres veces al día tenían este tipo de mejorías”, afirma la pediatra Rico.

•En algunos casos, los resultados no son permanentes. Es decir, ciertos niños requerirían estar oyendo permanentemente la música de Mozart para obtener resultados. Por eso es que estos métodos aconsejan oírla para trabajar, durante la vida escolar o cuando están haciendo tareas en la casa, como música de fondo.
 
 
 
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